Casa, en Valencia en la que participó Verónica
Verónica Latuff, es una venezolana voluntaria de un techo para mi país, tiene 23 años y estudia antropología en la universidad de Valencia Carabobo.
Desde hace unos días vino a Medellín por medios propios para conocer mas de cerca el trabajo que se realiza en su país hermano.
Es una amante de las ciencias humanas y piensa que el cambio social se logra desde los actos de ayuda pequeños pero consistentes.
¿Por qué decidió escoger a Colombia para ver como trabaja techo en otro país?
Tu sabes, la verdad me han hablado muy bien de Medellín, de su trasformación y de los grandes avances que a logrado la organización en Colombia, además es full bonita la ciudad y desde hace tiempo quería venir.
¿Por qué te interesaste por pertenecer a la organización?
"Porque en la facultad me entere gracias a unos panas que estudian junto a mi, y me pareció una bonita labor de ayuda social.
Además lo que hacemos esta muy relacionado con lo que amo estudiar, que es la antropología y me permite aplicar en gran medida mis conocimientos".
¿Cómo te ha parecido el trabajo realizado por techo en Colombia?
"Tú sabes, me ha sorprendido mucho el gran apetito por ayudar, han sido full lindos, me han acogido muy bien.
Se que falta mucho por que Colombia al igual que mi país sufre de grandes desigualdades sociales y violencia incesante.
Pero me han contado, que la ciudad a cambiado mucho en los últimos años, y techo a aportado un granito de arena a esto.
Lo importante es que Latinoamérica este unida y lejos de fines políticos o económicos busque el bienestar de sus ciudadanos".
¿Cómo crees que a actuado la organización techo en tu país, específicamente en valencia?
"No es desconocido para nadie la situación que vive Venezuela, la pobreza esta por todos lados y la violencia aun mas. Pero ningún aporte es poco, y si todos nos unimos podemos aportar a la trasformación social". Se debe empezar por cosas pequeñas, y me parece que TECHO es un medio para esto". En valencia hemos hecho casa en barrios marginados, me acuerdo mucho de un catiro que lloro cuando entro a su hogar, pero de felicidad, me conmovió nunca voy a olvidar ese momento. Es o que hace que valga la pena".
Por: Juan Esteban Valverde.
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